martes, 27 de mayo de 2014

LOS VALORES (I)


“Saber lo que es correcto y no hacerlo, es la peor cobardía”. Confucio.

La axiología, es la rama de la filosofía que se encuentra inmersa en la esencia de la ética y la moral, pues ella estudia con sentido científico, la naturaleza de los valores en propiedad, mide su influencia, se encarga de su clasificación preferencial, y además, se hace cargo del análisis de las condiciones que acompañan los juicios de valor; por ello es asimismo denominada como: “La Teoría de los Valores”.

La axiología contempla todo lo que para el hombre es meritorio, significante o apreciable. Sin embargo, no sólo trata de los elementos positivos, sino también considera los negativos que por ser estos los complementos naturales que permiten analizar y diferenciar los principios fundamentales de lo que es valioso o no, todo, a partir de los principios éticos imbuidos en el ser, o de aquellos juicios morales normalmente aceptados para basar tales apreciaciones.

La palabra valor proviene del latín, valere (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte). Cuando se dice que algo tiene valor, se afirma que es bueno, digno de aprecio o de estimación.

Los valores están relacionados con las cualidades del mundo circundante.

Por ejemplo, las de una flor: su color, su forma, su aroma…, en una persona: su salud, su benevolencia, su integridad…, en un grupo: su integridad, su solidaridad, su emprendimiento…, en un acto: su utilidad, su firmeza, su justicia, y así sucesivamente.

Por su parte, moralmente hablando, los principios son aquellos valores que se reciben en la primera infancia, los cuales en general, resultan incuestionables.

Son inculcados por los padres, maestros, religiosos y por la sociedad, estos valores no se cuestionan, pues forman parte del criterio formado y de la conciencia individual.

El valor, es la cualidad esencial que permite ponderar las condiciones especiales que hace que las cosas sean estimadas con sentido positivo o negativo, a partir de aquellos juicios hacia los cuales se inclina el pensamiento o el acto, dependiendo del grado de satisfacción que le proporciona al individuo, sea por su corrección o por su utilidad personal y social, lo que representa en sus resultados, sea por sus efectos o por aquello que persigue lo que se considera más valioso.

El mundo de los valores además de ser amplio y complejo, siempre se encuentra en constante transformación.

Cada época trae nuevos valores o en su defecto, los antiguos se acomodan o cambian de nombre y cada cual es libre no solo de escoger sus valores, sino de priorizarlos de acuerdo con la propia manera de ser, actuar y de pensar.

Sin embargo, es irrefutable que también hay valores que permanecen constantes a través del tiempo y aplican en todos los lugares. Ellos son los considerados como: “los valores mínimos, universalmente aceptados”.

La investigación de la teoría de los valores ha encontrado unas aplicaciones especiales en torno de la ética y la estética, ámbitos donde el concepto de valor posee una relevancia específica.

Dar valor, es asignar preferencias y prioridades. Es escoger algo, en lugar de otra cosa. Es comparar y decidir qué es mejor.

La gente asigna valores de acuerdo con sus patrones consistentes individuales y únicos, los mismos que componen su estructura evaluadora, basada en esquemas culturales generales, a partir del concepto que dice que: cada individuo piensa de una manera diferente de otro.

La axiología, es la ciencia que estudia cómo las personas determinan el valor de las cosas y sus implicaciones.

TIPOS DE VALORES POR TÓPICO-RADIACIÓN

TÓPICO
TIPO (+)
TIPO (-)
EMPRENDIMIENTO
Volitivos
vacilantes
RACIONALIDAD
Cognoscentes
incomprendentes
SENSIBILIDAD
Ilustrados
deslustrados
CORPORALIDAD
Dinámicos
retardantes
EMOCIONALIDAD
Palpables
impalpables
CREATIVIDAD
Manifiestos
Inmanifiestos
ESPIRITUALIDAD
Cósmicos
parroquiales
CORDURA
Morales
amorales
EMOTIVIDAD
Efusivos
inefusivos
FORMALIDAD
Involucrados
sustraídos
LÓGICA
Comprensivos
ininteligibles
SENSATEZ
Consistentes
inconsistentes
Dennis Hebron.

El problema fundamental que desarrolla esta ciencia desde sus mismos orígenes, es el criterio de objetividad o subjetividad que cada cual utiliza para la designación de lo que vale y de lo que no vale, y la dificultad que representa la asignación de una escala de valores que sea válida para todos.

Según su naturaleza, los valores pueden ser objetivos o subjetivos.

Los objetivos, son permanentes (fijos) o finales ya que tienen la característica de ser al mismo tiempo, cualidad y finalidad.

Los subjetivos, al ser dinámicos (cambiantes), en general son instrumentales, por estar ligados a un deseo personal y representan los medios o modos de conductas adecuados y necesarios, para llegar a un fin, esto es, se refieren a la búsqueda de valores existenciales.

Se consideran valiosas aquellas cualidades o características de los objetos, de las acciones o de las actitudes, especialmente de aquellas preferidas, seleccionadas o elegidas de manera libre y consciente que permiten al individuo orientar sus comportamientos y acciones hacia la correcta satisfacción de determinadas necesidades, sin llegar a atentar contra los principios éticos o morales generales, sean estos, propios o sociales.

Ya en el ámbito netamente social, los valores son parámetros guía que dirigen la conducta e influyen en la vida tanto del individuo y como del grupo al que pertenece, por ello, son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento general humano hacia la transformación social y la realización de la persona, pues si bien la sociedad exige un comportamiento digno de sus participantes por la manera en que vive y la forma como se conduce, cada persona en la práctica, se convierte en un promotor de valores.

El estudio filosófico adelantado por los griegos, culmina en el desarrollo de un sistema de valores que ha sido seguido con pocas variaciones desde la época de Platón, el cual, identifica los valores en: vitales, intelectuales, sensibles y espirituales, apoyados en pilares derivados del bienestar, el bien, el afecto y la justicia, donde los primeros dos, son existenciales-extrínsecos y los segundos, son propios e irradiados.

Con el tiempo, el subjetivismo ha considerado que los valores no son reales, ya que no valen por sí mismos, sino que son las personas quienes les otorgan una determinada valía, dependiendo del efecto o impresión que llegan a producir. Asegura dicha teoría que el valor no existe por sí mismo, pues supone la existencia de una cosa o persona que lo posee o de otra que lo aprecia o descubre, esto significa que los valores están adheridos a algo que los sostiene.

La escuela neokantiana afirma que el valor es, ante todo, una idea. Diferencia lo que es valioso de lo que no lo es, en función de las ideas o conceptos generales que comparten las personas.

Otras tendencias indican que: ‘los valores no son el producto de la razón’, pues no tienen su origen, ni su fundamento, en lo que muestran los sentidos y que por lo tanto, no son concretos, ni se encuentran en el mundo sensible y objetivo. Según éste planteamiento, es sólo en el pensamiento y en la mente, donde los valores se aprehenden, cobran forma y tienen significado.

Por su parte, la escuela fenomenológica, desde una perspectiva nítidamente idealista, considera que los valores son ideales y objetivos; que ellos valen por sí, en forma independiente de las cosas y de las estimaciones que de ellas hagan las personas.

Así, para justificarlo proponen que por ejemplo, aunque todos sean injustos, la justicia sigue teniendo su propio valor.

En cambio, los realistas afirman que los valores son reales, asegurando que los valores y los bienes son una misma cosa y que por consiguiente, todos los seres tienen su propio valor.

Recientemente aparece el concepto aportado por la Axiología Formal que Robert S. Hartman desarrolló. Esta variante de la ciencia considera que el hombre al haberse desarrollado de manera asimétrica, hace que su conocimiento del mundo, haya rebasado el conocimiento de sí mismo.

Desarrolló un sistema basado en la lógica que indica cuáles son los principales patrones de pensamiento de las personas, y la forma que como herramienta, se refleja los procesos de toma de decisiones y valuación de las mismas.

Hartman fue profesor en Harvard, Yale, La Universidad de Tennessee y la UNAM en México. En 1973 recibió la nominación al Premio Nobel por la Paz por su trabajo en los procesos humanos de decisión.

Dedicó su vida a construir un camino para la aplicación de la axiología en la solución de problemas cotidianos, tanto para personas, como para organizaciones.

Sus modelos se han aplicado a ventas, administración, servicio al cliente, innovación, educación, desarrollo personal y otras áreas específicas.

“Nadie puede volver atrás y comenzar de nuevo, pero cualquiera puede comenzar hoy mismo y hacer un nuevo final”. Mary Robinson.

Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.

Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242

Autor: Daniel García Vanegas.

Dar sus comentarios a mayorideas@gmail.com



Etiquetas: ética moral axiología consciencia valores principios universalidad voluntad presencia trascendencia