martes, 16 de diciembre de 2014

LA ENERGÍA (I)


LA ENERGÍA (I)



“Movimiento, es el paso de la potencia al acto”. Aristóteles.

El término energía proviene del griego ἐνέργεια/energeia que significa actividad u operación. Éste a la vez se nace de ἐνεργóς/energos que quiere decir fuerza de acción o fuerza trabajando.

La palabra tiene diversas acepciones y definiciones que en general están todas relacionadas con ideas que tienen que ver con eficacia, poder, capacidad para obrar, fuerza para transformar o impulso para poner en movimiento.

En física, energía se define como la capacidad para realizar un trabajo. De acuerdo con sus propiedades, todos los cuerpos poseen su propia energía, ya sea a partir de su composición, su movimiento, su posición, su temperatura, su reacción, su masa o cualquier otro atributo posible y de todas sus posibles combinaciones. Esto resulta ser, lo que puede transformarse en trabajo mecánico, pues todo cuerpo material, al pasar de un estado a otro, produce manifestaciones relacionadas con algún tipo de transformación de la energía.

En otros términos, energía es una magnitud física abstracta, siempre ligada al estado dinámico de un sistema, la cual, según Isaac Newton, permanece invariable en el tiempo, lo que se ratifica afirmando: “La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma”.

Empero, en cada etapa de transformación, una parte de la energía proveniente de su origen, en general se convierte en energía calorífica. Sin embargo, la energía no es un estado físico real, ni una sustancia intangible, sino solamente, es un número escalar que se le asigna al estado de cualquier sistema físico, es decir, la energía es sólo una herramienta o abstracción matemática de una propiedad específica de los sistemas físicos en cuestión.

El cuerpo no se compone tan solo de huesos y músculos, también comporta energía. Cada átomo del cuerpo gira a una velocidad de 9.000 revoluciones por minuto. Esto sumado a la corriente eléctrica que genera el corazón, más la corriente eléctrica que produce el cerebro y la red de nervios, hace al cuerpo ser una gran fuente de electricidad.

De igual manera, las galaxias, los planetas también tienen su propia vibración y energía, la cual también se utiliza, sea consciente o inconscientemente en beneficio de la vida.

En el ámbito del planeta Tierra se desplazan diferentes tipos de energía que todas influyen en el proceso de actuación e intercambio de los seres vivientes. Se debe recordar que las energías son fuerzas que se comportan de acuerdo con su propia naturaleza y por lo tanto, actúan en consecuencia. Por su parte, la energía interna, es la suma de la energía de las partículas que son constituyentes de cualquier sistema independiente.

El hombre en el transcurso de su vida y de modo permanente recibe la influencia de las siguientes fuerzas energéticas hoy medibles:

ü  Energía mecánica: gravitacional, cinética, potencial, y elástica.
ü  Energía térmica, geotérmica y termodinámica.
ü  Energía química: Ionización, enlace, calórica.
ü  Energía biológica, bioquímica y molecular.
ü  Energía electromagnética: eléctrica (kW/h) y de radiofrecuencia.
ü  Energía radiante: ultravioleta, infrarroja, rayos X, rayos Gamma, neutrónica.
ü  Energía cósmica, planetaria, estelar y líneas Hartmann.
ü  Energía cuántica o del vacío cósmico que es el tipo de energía existente en el espacio, incluso en ausencia de materia.

Pero las anteriores, no son todas las fuerzas energéticas influyentes, pues siempre se perciben fuerzas o poderes que no necesariamente son específicamente asociados con eventos físicos o materiales.

Se sabe que existen, por las cosas que funcionan por medio de esas energías. Tampoco se ve la absorción, sino sus resultados. Se ve la luz del sol, más no los fotones entrando en la fotosíntesis de las plantas o en los animales para su nutrición.

De alguna manera el individuo también se ve influenciado por energía proveniente de los niveles de su propia realidad y del entorno al que pertenece, sea éste social, político, educacional e inclusive, no resulta ajeno a las fuerzas producidas por los medios de comunicación.

El concepto de energía, si bien es concreto en el aspecto físico ante su relación con la materia, asimismo es abstracto, en términos de metafísica.

Por milenios, en diferentes culturas se sabe de esta energía, sólo que cada uno la llama de manera diferente. Los Huna Polinesios (Kaunas) lo llaman Mana, los Indios Norteamericanos Orenda, Para los Hindúes Prana, para los egipcios Ka, Ruach entre los Hebreos, Baraka en los países Islámicos, los japoneses lo llaman Ki, Para los chinos Chi, Tai-chi y Chi-Qun.

Semánticamente el término ha sido utilizado desde hace miles de años, aun cuando fue reinventado en el siglo XIX para intentar describir cuantitativamente, una gran variedad de fenómenos físicos.

La energía, es un amplio concepto universal que se muestra al entendimiento en múltiples formas, transformándose sin cesar de una clase, a otra. Por ejemplo, hace que el Sol brille, que la Tierra gire, que crezcan las plantas, que haya movimiento, todo mientras se produce cierto grado de evolución en cualquier sistema estable.

Por su parte, la energía en forma de luz, es la fuerza de la vida que alimenta y sostiene a todas las células, glándulas, músculos, órganos, y las funciones del cuerpo físico. Ésta, es el mayor regalo de la vida que permite sentir, actuar, pensar y respirar en el plano físico reconocido.

Aparece entonces adicionalmente el concepto físico de la energía cinética de un cuerpo, cuya potencia surge como resultado del fenómeno del movimiento. Está definida como el trabajo necesario para acelerar un cuerpo de una masa dada, desde su situación de reposo hasta la velocidad que posea.

Se sabe además que, una vez conseguida esta energía durante la aceleración, el cuerpo mantiene su energía cinética, salvo que cambie su velocidad.
Igual, se ha determinado que para que dicho cuerpo regrese a su estado de reposo, se requiere un trabajo energético negativo, que debe ser de la misma magnitud que el que el esfuerzo que produjo su propia energía cinética, en éste caso, como producto por ejemplo, de la fuerza de la inercia.

Ahora bien, hay muchas clases de movimientos que tienen que ver con la relación dual masa-energía; a pesar que a título descriptivo, se muestra como una simple representación de aquellos más comunes que como se puede notar, cada uno tiene su opuesto, excepto el fenómeno de la inercia que es el efecto opuesto general, el cual afecta todos y cualquiera de los demás movimientos.

Adicionalmente el movimiento desde el centro a la periferia y viceversa, puede parecer demasiado abstracto o metafísico; no obstante responde igual, a una visión primaria de lo observado en los fenómenos propios de la evolución de la naturaleza.

Cada una de estas fases, se corresponde con uno de los cuatro estados de la materia que están a la vez relacionados con los cuatro elementos fundamentales y que guardan estrecha afinidad con el proceso de creación descrito por medio de diferentes cosmogonías.

La energía vital que mueve al universo, es la misma que mueve a cada ser individual, pues todos los tipos de energía, se derivan de la misma energía primordial o cósmica fundamental.

“Si se puede nombrar, se puede controlar”. Adagio antiguo.


Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242
Autor: Daniel García Vanegas.
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ETIQUETAS: Energía, fuerza, potencia, impulso, materia, avance, aceleración, cósmica, entidad, existencia, planeta, Crecimiento personal deontología, axiología, Esoterismo,


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