martes, 20 de enero de 2015

LOS COLORES (II)

LOS COLORES (II)
El espacio está lleno de luz y por tanto de color, sin embargo, de noche se ve oscuro. Dennis Hebron.

Hasta hace poco, se pensaba que la función de captar la luz estaba relacionada principalmente con la vista. Sin embargo, ya está claramente establecido que con el debido entrenamiento, no es necesario ver el color para reconocerlo, ni tampoco para que produzca los efectos psicológicos o fisiológicos respectivos.

Las personas ciegas o ciertos videntes aún vendados, pueden llegar a distinguir el color. Este fenómeno, es llamado: ‘visión sin ver’, visión dermo-óptica o bio-endoscópica, fenómeno que ha sido investigado por la ciencia desde la segunda década del siglo XX, a partir del momento cuando se descubrió que los sujetos sometidos a hipnosis, y otros con los ojos vendados, reconocían los colores y formas con alta precisión.

Algunos sujetos pueden distinguir color correctamente manteniendo sus dedos a distancias de 20 a 80 cm sobre tarjetas de color, argumentando que perciben diversas sensaciones que permiten distinguir el color.

Incluso, cuando se controlaron las diferencias de temperatura, de estructura de los materiales teñidos y otras variables, las personas aún eran capaces de distinguir los colores con cierta precisión, aún, de manera independiente, de si se colocaban debajo de vidrio, papel de calcar, papel aluminio, láminas de latón o cobre.

En el plano físico, los colores tienen virtudes e influencias, por ejemplo, el rojo es excitante, el amarillo es alegre, el verde es sedante, el azul es relajante como se desarrolla más adelante.

Las investigaciones asimismo han confirmado que ciertas partes del cerebro no sólo son sensibles a la luz, sino que responden de manera distinta, ante las diferentes longitudes de onda.

Fuente: Internet

En la actualidad se cree que las diferentes longitudes de onda de la radiación interactúan de manera distinta con el sistema endocrino, para estimular o reducir la producción de hormonas, entre ellas las de serotonina, melatonina y endorfina.

Por ejemplo, la hormona melatonina regula el sueño, previene tumores, es antioxidante que bloquea los radicales libres responsables del envejecimiento, tiene un efecto inmune-modulador, influye sobre la reproducción, crea un efecto sincronizador del metabolismo, con el ritmo circadiano y participa en la apoptosis de células cancerosas en el timo. Interviene en la regeneración celular y sus propiedades inmunológicas previenen el cáncer, la cardiopatía, el alzhéimer y la depresión, entre otras enfermedades.

De todos es sabido que la circulación de hormonas por el organismo provoca una serie de emociones y sensaciones concretas. Las sustancias endorfinas segregadas por la glándula pineal, ayudan a entrar en un estado de consciencia más íntimo provocado por la sensación de tranquilidad que aporta la melatonina.

Esta segregación de endorfinas permite disminuir y relajar los sentidos, lo que se refleja en el cuerpo mediante una reducción del glucógeno en la sangre, induciendo el sueño y llevando a un estado de adormilamiento. Al ser éste un estado en el que la actividad cerebral está bajo mínimos, reduce las interferencias del mundo externo y la concentración sobre sí mismo resulta superior.

Esto, a nivel práctico, permite distanciar los problemas y observarlos desde una nueva perspectiva, por lo que se aprovecha para reflexionar y repasar los acontecimientos cotidianos, encontrando a veces respuestas y soluciones que sin esa calma y concentración, resultarían difíciles de intuir.

Por su parte, los colores son espectros de luz captados por los sentidos que permiten al observador conocer algunos aspectos de la realidad, ello, a partir del concepto de la influencia refleja que su impacto surte a la mente.

Sin embargo, en general no se está consciente de la relación existente entre los colores y el conocimiento, pues al comprender la importancia que tienen los colores en la vida diaria, algún día, estos portentos dejarán de estar en segundo plano

Gracias a numerosos estudios realizados por expertos, por ejemplo el experimento de sinestesia que fue llevado a cabo por un grupo de científicos de la corporación National Geographic, se dejó de manifiesto que los colores intervienen de manera muy influyente en la actividad de la mente.

La complejidad del cerebro humano muestra la existencia de una inteligencia superior tras él. Procesa simultáneamente una asombrosa cantidad de información. El cerebro capta todos los colores y objetos que se ven, detecta la temperatura alrededor, la presión de los pies sobre el piso, los sonidos circundantes, la sequedad de la boca, hasta la textura del cabello. El cerebro registra y procesa todas las emociones, pensamientos y memorias. Al mismo tiempo de manera autónoma, monitorea las funciones continuas del cuerpo como la respiración, el parpadeo, el hambre y el movimiento de todos los músculos del cuerpo.

Mucho se ha dicho sobre la importancia del uso de los colores en la vida diaria. Cada color produce diferentes sensaciones que si bien varían según la persona y sus características, a todos y cada uno les hace sentir o recordar algo. Esto sucede porque cada color emite ciertas vibraciones que el cerebro capta y decodifica, apoyándose en la información que ya posee.

Así pues, los colores influencian el estado de conciencia del ser humano, por medio de sus vibraciones, virtudes que ya se conocían en el mundo de la magia desde la antigüedad, pero que hasta hace relativamente poco han vuelto a la palestra.

Hoy en día se sabe que el color Verde tranquiliza, el Rojo crea un estado de excitación o que el Azul predispone a la meditación. Recientes estudios han demostrado la eficacia de los colores en curar determinadas dolencias, ésta manera de curación se denomina color-terapia y su influencia procede de la psique humana.

En Europa a principios del siglo XX se llevaron a cabo investigaciones sobre los usos terapéuticos del color, principalmente por parte de Rudolph Steiner, quien relacionó el color con la figura, la forma y el sonido.

Sugirió que la cualidad vibratoria de ciertos colores se amplifica gracias a ciertas figuras y que determinadas combinaciones de color y forma tienen efectos destructivos o regenerativos en los organismos vivos, según sea el caso.

El rojo estimula la parte simpática del sistema nervioso autónomo, mientras que el azul estimula la parte parasimpática, aun cuando resulta molesto para sujetos ansiosos o tensos.

El rojo produce sensaciones de excitación El descubrimiento que la presión sanguínea aumenta bajo luz roja y disminuye bajo la azul, condujo sugerir que la activación psico-somática varía con la longitud de onda de azul a rojo.

Mientras el azul tiene un efecto tranquilizador que produce calma y bienestar, en personas ansiosas, por reducir la presión sanguínea o mitigar el dolor, o conviene en tratamientos regenerativos de la piel.

Ciertos colores tienen efectos mesurables y predecibles en el sistema nervioso autónomo de la gente. En numerosos estudios se descubrió que la presión sanguínea, el pulso y la tasa respiratoria aumentan más bajo luz amarilla, se comportan moderadamente bajo la anaranjada y reaccionan a un mínimo bajo la roja; mientras que disminuyen aún más bajo la negra, moderadamente bajo la azul y proceden lo mínimo, bajo la verde.

La luz blanca de amplio espectro asimismo se está utilizando en la actualidad para el tratamiento de una serie de problemas de salud.

Ahora bien, a nivel mental, la energía se interpreta como la fuerza de voluntad o de carácter, asociada con el poder o la eficacia para actuar que son traducidos en vigor, tesón y fuerza para realizar una actividad que a su vez se asimilan con cierto color.

En la metafísica resulta importante el estudio de la influencia de los Siete Rayos pues ellos representan algunas de las más notables actividades del reconocido servicio cósmico.

Los Siete Rayos se relacionan con la vida y los principios abstractos manifiestos de siete maneras diferentes. Todas las actividades, el progreso y los beneficios de la raza humana, se manifiestan al mundo de la experiencia individual, a través de la presencia de los Siete Rayos.

Según algunos estudios esotéricos, las virtudes metafísicas cromáticas asociadas con cada color, provenientes de los siete rayos, incluyen los siguientes grupos de cualidades entre otras:

ü  Azul: La voluntad, el poder, la fe, el bien, la perfección, lo inmaterial, lo transparente, lo profundo, la felicidad y el equilibrio.
ü  Amarillo y dorado: La inteligencia, la sabiduría, lo eterno, la madurez, la iluminación, el verbo y la comprensión.
ü  Blanco: Representa la armonía, la unidad, el alma, la ascensión, la calidez, la inocencia, la pureza y el arte.
ü  Verde: La verdad, la salud, la sanación, la música, la ciencia, el conocimiento, la supremacía, la consagración, la purificación, la concentración.
ü  Oro-rubí: La gracia, la provisión, la opulencia, la riqueza, el idealismo, el misticismo, la paz y la devoción.
ü  Violeta: La libertad, el orden, el perdón, la misericordia, la transmutación, el ceremonial, la espiritualización y la serenidad.
ü  Negro: La frialdad, la oscuridad, lo grandioso, el vacío, la nada, lo pasivo y lo femenino.

Para los seres vivos, la energía manifestada en forma de luz resulta esencial como fenómeno físico, así como para alimentar el espíritu en sus diferentes tonalidades y matices.

“Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla”. Confucio.




Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242
Autor: Daniel García Vanegas.

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