lunes, 19 de octubre de 2015

MITICO PASADO SUMERIO (2)


MÍTICO PASADO SUMERIO (2)

El experimentador que no sabe lo que está buscando, no comprenderá lo que encuentra. Claude Bernard.

Al continuar con las traducciones, sobre el mayor secreto hasta ahora guardado de la historia, que cuentan la historia de la civilización Sumeria, revelada a partir de traducciones literales de la escritura cuneiforme, plasmada en las tablillas de arcilla, encontradas en la zona del oriente medio, en lo que hoy se conoce como Irak o ‘cuna de la civilización’ y siguiendo el hilo de la narración, según la interpretación que Sitchin realiza en su libro “El duodécimo Planeta”.

Una vez que los Nefilim crearon al homínido para trabajar en las minas de oro de África, algunos de esos antepasados también fueron llevados a Mesopotamia, para trabajar en los jardines existentes en Edín, aclarando que los ‘dioses’ querían la raza, porque al fin de cuentas, ella estaba hecha guardando su imagen.

Pero de manera muy similar a cómo lo relata la biblia mil seiscientos años después de la confección de las tablillas, sucedió en el jardín del Edín en donde los Nefilim tenían sus huertos que se les advirtió a los Lulu que no podían comer del fruto de cierto árbol, llamado ‘el árbol de la ciencia’. Más dicha recomendación se desobedeció. El hecho de comer esa fruta, permitía obtener el ‘conocimiento’ de algo muy importante, puesto que les proporcionaba la capacidad y el poder de lograr la reproducción sexual autónoma.

Hasta ese momento la raza no se era más que un conjunto de seres híbridos, es decir, una mezcla de dos especies diferentes; y como híbridos, eran incapaces de reproducir la especie. Sitchin supone que los textos sumerios dicen que se trataba de una mezcla de los Nefilim y el homo erectus, considerado el antecesor del homo sapiens. Aparentemente la fuente divergente ha sido Thoth, quien se dice suministró alguna información adicional, sobre el papel que jugaron los seres venidos de Sirio en todo el procedimiento.

Como es de suponer, los Nefilim no deseaban que la raza se pudiera reproducir. Querían tener todo bajo el control de su experimento. El conocimiento que se obtuvo al comer la fruta del árbol prohibido, no era propiamente un conocimiento científico, sino la forma de saber cómo poder procrear o cómo poder transformarse de seres híbridos estériles, en una nueva especie plenamente capaz de reproducirse. Los Nefilim se enfurecieron cuando se dieron cuenta de que ya se había conseguido ese poder reproductor y obligaron a los ‘Lulu’, sus trabajadores creados a abandonar el jardín.

Aunque obligados a abandonar su jardín, los Nefilim permitieron entonces que los trabajadores pudieran cultivar los campos. De este modo, los antepasados emigraron a la zona montañosa que se encontraba al este del jardín en territorio de la Mesopotamia.

Dice Druvalo Melchizedek que según Thoth la esfinge egipcia guarda pruebas sobre la existencia de civilizaciones establecidas en el planeta durante cinco millones y medio de años, aunque asume debieron de existir muchas más, a lo largo de quinientos millones de años. Empero, asegura que algo destruyó el registro de la memoria akásica de la Tierra, lo cual debió de ocurrir hace alrededor de cinco millones y medio de años e incluso Thoth, ignora qué pudo suceder entonces  y desconoce la forma cómo se puede acceder a los registros más antiguos.

Según Sitchin, los Nefilim crearon al homínido mediante una serie de experimentos genéticos, empero Thoth es de la opinión de que ellos no pudieron hacerlo solos y que necesitaron ayuda de alguna raza de otro planeta fuera del sistema solar para conseguir su objetivo. Esa ayuda exterior provino de un lugar que ya resulta familiar, se dice que provino de los habitantes de Sirio, quienes se aliaron con los Nefilim para participar en la modificación del homínido. Al principio vinieron y amarizaron en el océano, de donde emergieron con figura mitad hombre y mitad pez. Inicialmente estuvieron en el mar para tomar contacto con los delfines, que tenían un alto nivel de conciencia similar al suyo.

Según Thoth, los habitantes de Sirio decidieron en cierto momento abandonar el planeta, pero previamente quisieron dejar tras de ellos a seres con un cierto grado de conciencia superior. Siete de esos seres abandonaron pues sus cuerpos y conformaron esferas de conciencia. Se fundieron con la semilla vital y crearon de este modo un óvulo. Cuando siete de estos seres se unen entre sí para formar la semilla vital, aparece una especie de llama de más de un metro de altura que da una luz blanco-azulada que aunque parece una llama, es de temperatura fría. Una vez formada la llama, fue depositada en las ‘Estancias de Amenti’.

Las estancias de Amenti son un palacio muy antiguo, construido hace más de cinco millones y medio de años. Nadie sabe con exactitud su antigüedad ni tampoco quién lo construyó, ello, debido como se anticipó al trágico suceso acaecido hace cinco millones y medio de años que destruyó los registros akásicos del planeta.

Cabe recordar una vez más que si bien la historia de la Tierra abarca unos quinientos millones de años, con los medios disponibles actuales sólo se tiene acceso a registros correspondientes a los últimos cinco millones y medio.

Las estancias de Amenti son actualmente una especie de urdimbre dimensional que se encuentra en el espacio y que semeja una matriz. Sólo hay una forma de entrar en ellas, pero una vez que el observador se encuentra allí es como si se hallase en medio del espacio infinito.

Esta urdimbre se halla perennemente en la rejilla cristalina que es un súper-tono dimensional más alto que el nivel vibracional de la Tierra. Se sitúa, por lo general en el espacio exterior, aun cuando se dice que durante la era de Atlantis se encontraba sobre la superficie del planeta. Actualmente algunos sostienen que está a unas mil millas de profundidad, en el interior de la Tierra.

Según indica Drunvalo, a él se le permitió entrar en la primera de las estancias; allí pudo ver una gran pirámide en un rectángulo dorado. Al interior de la pirámide se encontraba la llama. Circundando a Sirio B o más exactamente, en el tercero de los planetas que rodean a Sirio B, también se realizaron trabajos de creación o de transeminación de forma simultánea a los llevados a cabo por los Nefilim.

Dieciséis parejas, machos y hembras, integrantes de lo que allí constituye una familia, viajaron a la Tierra desde Sirio B, y llegaron directamente a la llama que se encontraba en las estancias de Amenti. Yacieron y se fundieron con la llama. Su periodo de concepción duró unos dos mil años. Así pues, en ésta versión de la creación inicial, intervinieron dos razas separadas, una procedente de Sirio y otra de Nibiru.

“El pasado está escrito en la memoria y el futuro está presente en el deseo”. Carlos Fuentes

NOTA: Si la curiosidad de lector llegó has aquí, le conviene mirar el siguiente enlace que resulta imperdible para el observador desapasionado.

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Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.

Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242

Autor: Daniel García Vanegas

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