lunes, 29 de febrero de 2016

LA ASTROLOGÍA (9)


LA ASTROLOGÍA (9)


"La astrología es una ciencia que debe volver a su original belleza y verdad, para que el mundo pueda obtener una perspectiva más veraz y una apreciación más justa y exacta del Plan divino, tal como es expresado en la actualidad por medio de la Sabiduría de las Edades”.  Djwhal Khul.

Bueno pues, fue Claudio Ptolomeo (100 – 170 d.C.) astrónomo, químico, geógrafo y matemático greco-egipcio, quien realizó aportes en diversas áreas científicas y en especial, enriqueció la ciencia con su tratado ‘Almagesto zoroástrico’. En él propone el cambio definitivo de la división tradicional del cielo, por una división en doce sectores, con fundamento científico bajo una clara precisión.


Heredero de la concepción del universo dada por Platón y Aristóteles, su método de trabajo difirió notablemente del de ellos, pues mientras Platón y Aristóteles dan una cosmovisión del universo, Ptolomeo es empirista. Su trabajo consistió en estudiar la gran cantidad de datos existentes sobre el movimiento de los planetas, con el fin de construir un modelo geométrico, de modo tal que explicase las posiciones del pasado y fuese capaz de predecir las posiciones futuras.

Por este rumbo se llega hasta el año 300 d.C. para que la astrología personal experimente una creciente popularidad, primero en los amplios círculos de Grecia, donde se crea la primera escuela de astrólogos fundada por Beroso en la isla de Cos, hacia el 260 d.C. y se traslada después a los ámbitos del imperio romano.

También son los descubridores de toda clase de elementos de interpretación artificiales, como por ejemplo, la asignación de los puntos sensitivos, tales como los puntos de la fortuna, el punto de la muerte..., otras formas de adivinación que no tienen nada que ver con la realidad de la mecánica celeste.

Esta simbiosis les permite desarrollar métodos de cálculo más exactos para el movimiento de los planetas y son los primeros en calcular sistemas de casas realistas, es decir, sistemas de casas desiguales como las de Alcabitius y Ben Ezra entre otros.

Muy pronto su mensaje empieza a ejercer influencia en la política de los césares, quienes se servían de los ‘caldeos’ y, por otra parte, sale por primera vez a la calle y se pasea rampante la astrología vulgar. En éste período, hacia el final del imperio romano, se produce también la primera persecución de la astrología por cuenta de la iglesia que considera su práctica como una abierta manifestación de paganismo.

Fue específicamente en el año 525 d.C. cuando por insinuación del monje Dionisio el Exiguo se introdujo el calendario cristiano que afirmó que Jesús nació el sábado 25 de diciembre del año 753 a.u.c. El clero cristiano se esmeró en propagar entre la población creyente rápidamente, de modo que se estableció dicha fecha como el comienzo de la nueva era, señalando el año 1 AD  o Anno Domini 1, a partir del sábado siguiente del 1 de enero del año 754 a.u.c. en consonancia con la usanza romana de la época, el cual marca el comienzo del primer año tras del nacimiento del Mesías cristiano que aún rige en el siglo XXI.

No obstante el emperador Dionisio cometió algunos errores. El primero consiste en no haber incluido el transcurso del año cero en el período sucedido entre el año 1 a.C. y el año 1 d.C. aunque en realidad no resulta justo atribuir este error a Dionisio, debido a que por esa época el concepto matemático de cero era desconocido. Igual también cometió el error de olvidarse de cuatro años en los que Augusto rigió de manera autónoma bajo su propio nombre de Octavio. Por ello el error acumuló cinco años en total.

Por su parte, los evangelios tanto Lucas como Mateo dicen que Jesús nació cuando era rey de Judea Herodes. Se sabe que César Augusto gobernó desde el año 27 a.C. hasta el año 14 d.C. Mientras según el historiador Flavio Josefo, Herodes fue rey entre el 37 y el año 4 o tal vez el 1 a.C. Esta indeterminación tiene su origen en la narración de Flavio la cual cuenta que Herodes murió antes de un eclipse de Luna.

Tradicionalmente se ha admitido que el eclipse mencionado por Flavio debió ser el ocurrido la noche del 12 al 13 de Marzo del año 4 a.C. Se trata de un eclipse parcial de Luna ocurrido entre las 1:48 y las 4:06 de dicha noche. Sin embargo la noche del 9 al 10 de Enero del año 1 a.C. también se dio un eclipse de Luna, esa vez fue total, entre las 23:38 y las 3:12 de dicha noche, siendo perfectamente visible desde Jerusalén. Cuál fue el eclipse descrito por Flavio Josefo es aún materia de discusión, pero Jesús según ciertas versiones debió nacer como muy tarde antes de Enero del año 1 a.C.

Por otra parte, según el evangelio de Lucas se sabe que Augusto ordenó la realización de un censo. Para Roma, el censo significaba el registro de los ciudadanos y sus propiedades para el pago de los tributos. Un proyecto de tal magnitud tuvo que realizarse durante varios años.

En primer lugar se tenía que hacer un registro de todos los ciudadanos y sus pertenencias para, posteriormente, pasar a cobrar la tributación. Esto con el agregado que, por lo menos en Israel, el pago de los tributos debía hacerse en la ciudad de origen, más no en el de residencia, por lo que José y María tuvieron que viajar de Nazaret a Belén. Una inscripción desenterrada en Ankara (Turquía) revela los años en que estos censos fueron llevados a cabo. De ellos, el más posible corresponde al 8 a.C.

Al respecto, Lucas comete un importante error al decir: "Por aquellos días salió un edicto de César Augusto para que se empadronara todo el mundo. Este es el primer censo hecho siendo Cirenio (Quirinius) gobernador de Siria". (Lc. 2,1).

Pues Cirenio no fue gobernador de Siria hasta el año 6 d.C. cuando Jesús tendría algo más de diez años. Según Tertuliano como fuente, fue Santius Saturninus quien en relidad gobernó Siria entre el año 6  y el 9 a.C. Mientras Cirenio era cónsul ya en el 12 a.C. y el error pudo estar motivado porque entre el 6 y 5 a.C. el mismo Cirenio fue Emperador delegado en Siria.  A partir de estos datos puede estimarse que el año del nacimiento de Jesús sucedió entre el 8 y el 4 a.C.

Y ahora se regresa un tema ya tratado, ¿qué pasa con el 25 de Diciembre? Esa fecha empezó a usarse como día del nacimiento a partir del año 336 d.C. Esto se hizo para convertir en fiesta cristiana la tradicional celebración pagana que hasta entonces se llevaba a cabo, ligada al antiguo culto al Sol denominado del Dies Solis Invictis Natalis, fiesta en honor del Sol que renace todos los años y que ya para el siglo II d.C. se fijó el 25 de Diciembre, considerando ese el día en que el Sol entra en el solsticio de invierno.

Pues bien, Epifanio (315-403 d.C.) da al 6 de Enero del 752 a.u.c. (2 a.C.) la fecha de nacimiento de Jesús, onomástico que es celebrado por lospor los creyentes del oriente cristiano. Esta fiesta asimismo tiene un origen pagano y está ligada a la gran fiesta del Templo de Core. Clemente de Alejandría propone el 18 de Noviembre del 3 a.C. todos ellos obedeciendo a una tradición que asegura que Jesús nació a mediados del invierno.

Más si se continua leyendo a Lucas se ve que: "Había unos pastores acampados al raso y velando sobre sus rebaños" Las condiciones climatológicas en Palestina eran tales que durante Diciembre y Enero llovía bastante y en Belén eran comunes las heladas en los meses de Diciembre, Enero y Febrero. No podía haber entonces ovejas en los campos. Los rebaños eran llevados a pastar los meses de Marzo a Noviembre y los pastores estaban con ellos en la primavera, de Marzo a Abril. Por consiguiente, probablemente no pudo ser durante un invierno el nacimiento de Jesús.

Retomando el olvido de Dionisio el Exiguo de no contar el año cero, las consecuencias aún continúan produciéndose actualmente. Tampoco existió el siglo cero, de manera que el intervalo de tiempo de 100 años de duración, comprendido entre el día 1 de Enero del año 1 y el 31 de Diciembre del año 100, recibió el nombre de Siglo I.

En consecuencia el Siglo II comenzó el 1 de Enero de 101, y acabó el 31 de Diciembre de 200. Aplicando sucesivamente esa regla, se tiene que el siglo XX comenzó el 1 de Enero de 1901 y terminará el 31 de Diciembre de 2000. Por lo tanto, el Siglo XXI comenzará el 1 de Enero de 2001 y terminará el 31 de Diciembre de 2100.

Por lo tanto, todos los años del Siglo XX, salvo el último o año 2000, comienzan con los dígitos 19... Así, todos los años del Siglo XIX, excepto el año 1900, comienzan con los dígitos 18... para efectos prácticos ería preferible que comenzaran por 20... y 19... respectivamente, pero todo ello se deriva de la inexistencia original del año cero y del siglo cero.

Si en su momento se hubiera considerado la existencia del año cero y del siglo cero, este por ejemplo, hubiera comprendido desde el 1 de Enero del año 0 hasta el 31 de Diciembre del año 99. Por lo tanto, el 31 de Diciembre de 1999 terminaría el Siglo 19 y el 1 de Enero de 2000 comenzaría el Siglo 20.

Obsérvese además que tampoco se utilizarían números romanos para los siglos, de haberse hecho así, el siglo 20 terminaría el 31 de Enero de 2099, comenzando el Siglo 21 al día siguiente, el 1 de Enero de 2100.

Es así como, en el seno del cristianismo, se consideró que la astrología contradecía la doctrina católica, pues de alguna manera existía un conflicto con relación a la propuesta del libre albedrío. Entonces, la posición oficial de la Iglesia Católica, fue de rechazo y de condena a los seguidores de la astrología.

Como resultado, San Agustín condenó la astrología, ya que según él: “Libera al pecador y atribuye la culpa a el creador y gobernante del cielo y las estrellas”.

Sin embargo, a pesar de las condenas oficiales tildadas de brujería y promovidas durante el oscurantismo de la edad media, en general, muchas de las tradiciones paganas fueron preservadas, sobreviviendo bajo ciertas interpretaciones hasta la actualidad.

Fue durante el Renacimiento que la astrología tradicional sufrió un duro revés, cuando Nicolás Copérnico, sostuvo que los planetas se mueven alrededor del Sol, y no de la Tierra, argumento en contra de lo que se presumía y de todo lo que sostenían los astrólogos desde la antigüedad, descubrimiento que invalidó cualquier pronóstico clásico que fuese hasta ese momento conocido.

Paradójicamente, su teoría contó con gran resistencia por parte de la Iglesia Católica, porque según su propia argumentación, contradecía las escrituras.

Mientras tanto, la forma de pensar está fuertemente influenciada por las creencias del islamismo que resulta extremadamente determinista e incluso fatalista; de ahí se deriva el énfasis en los métodos de predicción, en los que sin duda alguna, desarrollaron una gran habilidad.

A partir del siglo XII, y debido a la invasión musulmana a España, poco a poco, la astrología vuelve a recuperarse en Europa. Durante los siguientes siglos experimenta pronunciadas oleadas de éxito en diferentes momentos, pero fundamentalmente en la línea de predicción enfatizada por los árabes cuyo principal representante es Nostradamus y, tras el descubrimiento de la imprenta, pululan principalmente en las distintas formas vulgares de adivinación para el pueblo llano a partir de la publicación de calendarios, panfletos astrológicos que sirven como vehículos de comercio contrastados con el miedo.

“Mucho se ha expuesto en los libros ocultistas, pero el astrólogo común es profundamente ignorante. Es esencial que aprenda a pensar en totalidades más grandes y que se preocupe más agudamente de las fuentes emanantes y de las causas que persisten eternamente, en vez de ocuparse de los efectos que producen dichas fuentes sobre esa creación efímera, el ser humano y su existencia temporaria, en un insignificante planeta”. Djwhal Khul.

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Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.

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Autor: Daniel García Vanegas

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